HA MUERTO FLORIN CIOABA
Gitano rumano, Presidente de la Unión
Romani
Internacional
Hoy es lunes, día 19 de agosto. He salido a
comprar los periódicos y me encuentro con la noticia de que Florin Cioaba, mi respetado Presidente de la Unión Romani Internacional, ha muerto, víctima de un infarto.
Tenía 58 años y la muerte le sobrevino en un hospital de la ciudad turca de Antalya
donde, por lo visto, había ido con su familia a pasar unos días de vacaciones.
Descanse en paz y goce de la presencia del Señor que él predicaba desde su
iglesia de Sibiu, importante ciudad
del centro de Rumania que en otra época fue capital del Principado de
Transilvania.
Inmediatamente he establecido contacto con los
miembros del Presidium (Junta de Gobierno de la Unión Romani
Internacional) y he manifestado mi condolencia a su familia.
Los pasos que se han dar a partir de ahora para ocupar la presidencia de la más
antigua y reconocida organización mundial de la Comunidad Gitana
se establecerán de acuerdo con lo que señalan sus Estatutos y la decisión que
adopten los miembros del Parlamento Gitano cuya reunión tendrá que celebrarse
en breve espacio de tiempo.
Hasta aquí podría durar la nota que desde la Unión Romaní
Española debíamos hacer pública en función de la
Vicepresidencia internacional que ostento. Cómo se desarrollarán los
acontecimientos es algo que poco a poco iremos conociendo y transmitiendo tanto
a los gitanos de todo el
mundo como a la opinión pública interesada.
¿Quién
era Florin Cioba?
Sin embargo ahora se impone, a mi juicio, delimitar
con justicia y equidad, quién era Florin Cioaba y cual debería ser, al menos para
nosotros, los gitanos, la visión más ajustada a la realidad de una personalidad
que desde hace años se ha esforzado en luchar por nuestra causa.
La primera cosa que debemos rechazar es la confusión
que provoca la fotografía de hace 20 años de Florin Cioba ciñéndose la corona
real que en ocasiones se ponía su padre, Ion
Cioaba, lider de los
gitanos rumanos que jugó un decisivo papel contra Hitler y la
persecución nazi, lo que le valió la deportación a Rumanía desde la región
moldava de Transnitria. Ion Cioba se enfrentó al dictador aliado de Hitler, el Mariscal Ion Antonescu.
Algunas noticias de agencia
hacen hincapié en el siguiente titular:
“Ha muerto el autoproclamado Rey de los Gitanos de todo el
mundo”. Supongo que cualquier persona, con un mínimo de formación, entenderá
que esa afirmación no solo es imposible sino que se inscribe más en el ámbito
del costumbrismo y de las viejas tradiciones hoy felizmente superadas.
La
tradición “monárquica” de
los gitanos
El padre del fallecido Florin Cioaba se proclamó
Rey de los gitanos
igual que el Tío Antonio
Soto, lider indiscutible de los gitanos andaluces,
en pleno franquismo me entregó orgullosamente su tarjeta de visita, que
conservo, en la que aparece una corona real sobre su nombre y debajo la
siguiente inscripción: “Rey de
los Gitanos de Andalucía Occidental”
Hace 37 años, SS.MM. los Reyes de España Don Juan
Carlos y Doña Sofía visitaron
Valencia y fueron al barrio de Nazaret
donde vivían muchísimos gitanos. Se mezclaron con el gentío y departieron
largamente con El Chele, lider
natural de la
comunidad. Cuando los informadores preguntaron que quién era
aquel personaje al que Don
Juan Carlos trataba con tanta deferencia, una gitana respondió con toda
naturalidad: “El Chele es el rey de los gitanos”
Otro personaje autoproclamado Rey de los Gitanos en nuestro
país fue Chorrohumo, precioso nombre
con el que se conocía a un gitano granadino que vivió entre los siglos XIX y XX
en el Sacromonte y al que las autoridades de entonces le reconocían su autoridad.
La historia de los gitanos europeos
está plagada de títulos nobiliarios. Aparecen Condes, Barones, y Duques por todas
partes. En enero de 1425, cuando los gitanos llegan a la Península Ibérica
por primera vez, lo hacen bajo el mandato del Conde Don Juan
de Egipto Menor. Y más tarde aparece otro Conde, éste llamado Tomás, que igualmente consiguió los
favores del Rey Alfonso V de Aragón.
Y en Andalucía, treinta y ocho años después, en 1462, se presenta ante el Condestable Don Miguel
Lucas de Iranzo otro conde acompañado de su mujer, la condesa
Loysa, a quienes seguía una tropa de unas 200 personas.
Los gitanos normalmente se daban a
sí mismos títulos nobiliarios o de prestigio con el objetivo de obtener
favores, salvoconductos, etc. Los títulos
más comunes eran los de Voivoda, Duques, Príncipes, Condes, Caballeros. Estos
jefes se presentaban a las autoridades de los países que cruzaban y se ganaban
en un primer momento, su confianza. Un grupo atravesó rápidamente Alemania y
logró que el emperador Segismundo, rey
de Bohemia y de Hungría, les entregara cartas de protección que debían
respetar las autoridades de entonces.
No me quiero extender más a pesar de que no hace
tanto tiempo todavía se cantaba en España aquello de que “si tú eres payo yo
soy gitano y llevo sangre de reyes en la palma de la mano”. Quiero decir con
ello que, para los gitanos centroeuropeos de hace 70 años, el que el padre del
fallecido presidente se autoproclamara Rey de los Gitanos no tenía
más valor que el que quisieran darle los gitanos de su entorno y que Florin Cioaba quisiera
recoger la herencia de su padre no debería interpretarse como lo hacen las
monarquías establecidas en Europa, sino como un gesto de respeto y fidelidad a
lo que representó su progenitor.
Florin Cioaba
ha sido un lider querido y respetado
Dicho todo lo anterior, debo manifestar que mi
personal experiencia en el trato con Florin Cioaba ha sido inmejorable. Mis
conversaciones con él siempre han estado centradas en tratar de conseguir los
mejores beneficios para nuestra gente. Luego le he visto actuar e intervenir varias
veces en el Pleno del Forum Europeo de los Rroma, reunido en Estrasburgo. Sus palabras y
sus directrices nunca eran contradichas. Es más, siempre era elegido por
unanimidad para dirigir nuestros debates.
Florin
Cioaba
tenía, además, otra actividad muy querida y respetada por la mayoría de los gitanos españoles:
era pastor. Un día se convirtió al Evangelio y desde entonces ha dirigido su
iglesia en Sibiu (Rumanía) donde vivía con toda su familia.
Y quiero terminar estas precipitadas letras que
escribo, todavía conmocionado por la noticia, con unas palabras que no son mías
sino de Bajram Haliti, ilustre
escritor, abogado y periodista, presidente de Journalism-informative agency of Roma,
nacido en Kosovo y que en la actualidad desempeña el cargo de Secretario
General de la World Rroma Organization Rromanipen. Bajram Haliti
no pertenece a la Unión Romani
Internacional. De ahí que sus palabras adquieran una
dimensión especial:
“El
presidente de la Unión Romani
Internacional merece la calificación de ser un símbolo
de la paz, la tolerancia y la
convivencia conjunta de todas las
naciones. El hombre fallecido
deja tras de sí grandes
obras tanto para su nación
Rromá como para toda la humanidad. (…) Florin Cioaba ha demostrado su
compromiso con los principios democráticos
humanos y la visión clara de la forma en que hemos de
intervenir los gitanos en el milenio. Florin Cioaba quería que
ésta fuera una participación activa en la lucha por la igualdad, la paz, la libertad, el amor y la comprensión”.
Bajran Haliti ha dicho que la muerte del Presidente de la Unión Romani Internacional representa una gran pérdida no sólo para su familia y sus amigos, sino para toda la nación gitana del mundo.
“En nuestras primeras
líneas hay un espacio vacío
–el que deja Florin Cioaba--. Pero vamos hacia delante. Tristes porque te has ido,
pero orgullosos porque te hemos tenido.”
Juan
de Dios Ramírez-Heredia
Abogado
Presidente de Unión
Romani Española
Vicepresidente de Unión
Romani
Internacional
TRANSCRITO NA ÍNTEGRA
AMSK/Brasil